Dentro del TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), es crucial desmitificar conceptos arraigados. El déficit de atención no es culpa del niño ni resultado de pereza; es una alteración neurobiológica que merece comprensión y apoyo.

Es esencial desafiar el estigma asociado con los medicamentos. En muchos casos, proporcionar la medicación que falta es vital para el desarrollo cerebral del niño. No darle la oportunidad de beneficiarse de estos tratamientos podría privar al niño de una herramienta valiosa para su madurez.

Neurobiología: La clave para la comprensión.

Explorar la neurobiología es esencial. Neuroimágenes revelan anormalidades en el lóbulo frontal de niños con TDAH. Conectar con esta realidad puede ayudar a contrarrestar mitos y garantizar un tratamiento adecuado.

Brindar un entorno propicio y herramientas adecuadas puede marcar la diferencia. Ignorar las señales tempranas puede llevar a consultas tardías y problemas más significativos.

Las comorbilidades, desde problemas neuropsiquiátricos hasta riesgos emocionales, son reales. Los niños no diagnosticados y sin tratamiento pueden experimentar impactos significativos en su vida académica y emocional.

El estigma persiste y la consulta tardía es común. Es crucial para los médicos y las familias reconocer y abordar el TDAH desde sus primeros signos. La consulta temprana puede cambiar el curso del desarrollo de un niño.

Creciendo con el TDAH: Adultez y comorbilidades.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad, puede persistir en la edad adulta, a menudo acompañado de ansiedad, consumo de sustancias e incluso trastornos afectivos bipolares. Entender y abordar estas comorbilidades es esencial para un manejo integral del trastorno.

El TDAH no es simplemente un "trastorno", sino una condición que requiere apoyo y comprensión. Romper con mitos, abordar desde temprano y proporcionar el tratamiento adecuado son pasos esenciales en el proceso del TDAH.